Todo es una cuestión de suerte, paciencia, buena voluntad…(I)

Estamos promediando el primer trimestre del ciclo lectivo 2012 y es hora de hacer alguna pequeña conclusión de lo que va a ser el presente año, o por lo menos tratar de adivinar cuál es la tendencia del año…Tendencia en cuánto a lo què puede haber de bueno y de malo en los colegios donde trabajamos.

Y en el análisis preliminar llegué a la conclusión de que muchas veces un año lectivo depende de la suerte, de la paciencia, y de la buena voluntad…

La suerte.

La suerte es un factor que influye en la vida de cada uno de nosotros, y tiene un peso determinado en nuestro destino. La suerte nos acompaña siempre y-obviamente-también depende de cuánto podamos o no ayudarla, ya que la suerte por sí sola no explica nada. Nada es “ciento por ciento” suerte como nada tampoco es “ciento por ciento” mala suerte.

Y la suerte en la docencia la podemos encontrar a la hora de un acto público. Muchas veces vamos a un acto público para tomar horas y resulta que no tomamos nada, y muchas veces vamos a otro acto público-en el mismo año lectivo y con el mismo puntaje-y tomamos cursos. En este caso la suerte depende también de la suerte de los que están delante nuestro…muchas veces los que están delante nuestro-con más puntaje-no van a “X” acto público porque no se enteraron que hay horas para tomar, o las horas que a nosotros nos interesan no las pueden tomar por una cuestión de horarios, o el día del acto público se quedaron dormidos, o no les suena el despertador…muchas veces-también-la mala suerte del otro termina siendo buena suerte para nosotros….

Una vez que tomamos horas en un nuevo colegio la suerte determinará en qué colegio “caemos”. El sistema educativo está atomizado, tan atomizado que ningún colegio es igual a otro, e incluso en un mismo colegio se pueden encontrar situaciones muy distintas entre un turno y otro. Así, en muchos colegios el turno mañana puede ser “casi otro mundo” comparándolo con el turno tarde.

Pero la situación podría ser incluso insólita, ya que en muchos colegios ni siquiera hay criterios unificados ante las mismas situaciones. En muchos colegios un director puede pensar algo sobre un tema y un vicedirector puede pensar otra cosa sobre el mismo tema y dependiendo de quién esté de turno las respuestas pueden ser distintas. Por eso la suerte “juega un pequeño papel” cuando caemos en un colegio: si tomamos horas en un día “X”´-donde está el director-podemos tener más suerte que si tomamos horas otro día donde esta el vice-o viceversa-

Pero no sólo eso. También la suerte “juega” cuando comienza un nuevo ciclo lectivo cuando ya llevamos años y años trabajando en una misma institución. Hay años que son mejores que otros o años que tenemos “más suerte” que en otros.

Yo el año pasado tenía un 5° que era divino, muy lindo para trabajar, con 5 ó 6 alumnas muy buenas, era un curso “piola”. Y este año, el mismo curso, el mismo 5° año es una lágrima. Es para llorar, tengo 5 ó 6 alumnos que son un desastre, guasos, agresivos, guarangos, muy lejos de lo que debería ser un alumno. Y ya los estoy sufriendo. ¿Cuál sería la explicación?, porque es el mismo colegio, la misma modalidad, el mismo turno, tuvieron los mismos docentes que en el curso del año anterior…quizás la explicación sea que el año pasado tuve suerte y este año no…me tocó una mala camada.

Por suerte tengo a este desastroso curso los días que hay muchos feriados…por suerte esta semana no los veré por el fin de semana largo, y quizás en algunas-de las próximas-semanas tenga suerte y justo ese día me “duela la cabeza” y no vaya...a sufrir!

Este año también tuve mala suerte en otro curso de otro colegio. Tengo un 1° año formado con “la legión” extranjera…”.

Pero esta historia será parte de la continuación de esta entrada. Aquí lo que necesitamos, más que suerte, es paciencia…

Serale