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Senderos culturales en Berazategui

Publicado en por serale

A 40 minutos de Buenos Aires, cuatro circuitos para seguir los pasos de figuras como Roberto De Vicenzo y César Bustillo

 

 

 

Transitar suavemente el tiempo que las quintas nombra. Pisar la alfombra de flores de jacarandá en el cuidado parque de la estación Eva Hajduk que rodea la estación de Ranelagh, a 40 minutos de Buenos Aires, hacia el Sur. Descubrir el atelier donde pintaba César Bustillo, en Plátanos. Comprobar el trabajo de recuperación del acervo cultural en la Escuela Municipal y Museo del Vidrio: todo sucede en los senderos propuestos por el área de Turismo Cultural de la Municipalidad de Berazategui.

"Los cuatro paseos, de las artes, del vidrio, del golf y Parque Pereyra Iraola junto con la Estancia San Juan, forman parte de un proyecto de recuperación y puesta en valor de lugares comunicativos y museológicos dentro del partido. Al principio se pensó para la comunidad, con el fin de construir identidad, y luego se abrió al público general", se apasiona María Inés Criado, coordinadora general de la Secretaría de Cultura y Educación.

No imaginamos encontrar lugares así de bellos en este municipio de 218 km2, nueve localidades y 320.000 habitantes, con un patrimonio cultural que asombra. Se suma la posibilidad de realizar estos circuitos en inglés, logrando así un aprendizaje práctico del idioma. La guía María Angeles Martínez comienza con su relato en el parque de la estación Ranelagh (que se convertirá en centro cultural), para luego seguir el recorrido en la combi del municipio.



El caballero del golf



Este pueblo resulta uno de los más prolijos del municipio, con preponderancia de verdes y casonas de antaño. Se encuentran en pie seis de las primeras casas fundacionales de estilo Tudor construidas por los ingleses en 1913, en las 200 ha cedidas a Tierras del Sud, subsidiaria del Ferrocarril Sur. No se puede podar, sacar especies centenarias ni construir viviendas de más de dos pisos. El nombre refiere al conde Ranelagh, un noble de la época que residía en un castillo a orillas del río Támesis.

A lo lejos, la silueta también inglesa del cuidado Ranelagh Golf Club resiste estoica el paso del tiempo. El campo de golf luce el mismo cuidado esmerado. Si la suerte lo acompaña, tal vez haga su aparición el gran don Roberto, el golfista Roberto De Vicenzo, que llega manejando su auto y conversa amigablemente con todo el mundo.

Su último libro con fotografías sobre su vida y trayectoria se vende también en su museo, abierto desde 2006. Allí se refleja la carrera de un golfista internacional en sus trofeos (230 primeros premios), fotografías, documentos y elementos vinculados con la práctica deportiva. También, la historia de su triunfo en el Abierto Británico de 1967 y su nobleza en el campo de Augusta en 1968. Allí, a pesar de haber ganado, perdió por anotar mal un golpe y no quiso recibir el premio. Esta actitud honesta del caballero del golf le permitió cosechar aún más reconocimiento y fama que si hubiera ganado.

La restaurada casona de la década del 20, construida por la familia Mansilla, conserva obras históricas de Fernando Arranz (1898-1967), fundador de la Escuela Nacional de Cerámica; allí también se brindan cursos de esta disciplina.



El arte de los Bustillo



María se mueve con dificultad: se acerca a abrir la puerta de La Estancia de 1931, construida por el destacado arquitecto Alejandro Bustillo para vivienda y actual convento de la Congregación de Jesús (Mery Ward). Esta otra María es una monja austrohúngara de muchísimos años con la belleza del alma reflejada en sus ojos acuosos.

En este magnífico conjunto arquitectónico de estilo veneciano vivió Alejandro con su mujer, Blanca Ayerza, y sus ocho hijos, durante 20 años. Aquí pensó y dibujó parte de sus proyectos más encumbrados, como el Banco Nación de la ciudad de Buenos Aires y el hotel Llao-Llao en Bariloche. El lugar recibe hoy a los viajeros, de la mano de la Secretaría de Cultura y Educación.



Una vez recorrida la estancia y sus jardines con estatuas de mármol de Carrara restauradas en forma reciente -y sus distintas casas de colores-, se puede tomar el té y disfrutar de las tortas y los dulces del convento, como la torta rusa y el stroissel kuchen, además de pancitos rellenos de pollo con roquefort y sacramentos de jamón y queso servidos por las monjas. Se compran también dulces para llevar.



Frente a La Estancia se encuentra el Museo Taller del hijo mayor, César Bustillo (1917-1969). Entrar a este lugar, donado por su mujer, Celina Seré, restaurado por el municipio y luego abierto al público en 2006 es superar la barrera del tiempo y el espacio para introducirse en la intimidad de un artista cuya expresión puede verse en las paredes de lo que fue su taller, ex galpón de terneros de La Estancia. Las paredes están dibujadas y escritas por el pintor, escultor y tallador.

Las frases se suceden: se respira la fuerza de este diario íntimo restaurado sobre las paredes: "¿Quieres vivir, hermano mío, de la ciudad? Oye cantar a los pájaros y goza de sus galanuras". O la frase que preside la puerta de entrada a este loft, con el inodoro sin puertas que lo separen y una cama en el entrepiso, un refugio perfecto. "Arte es la expresión universal de la belleza siempre vigente."

César Bustillo tenía un riguroso método de trabajo de muchas horas diarias: fue pintor, muralista, grabador, dibujante y escultor. Su producción incluye pinturas al óleo, acuarelas, témperas, grabados en mármol y en piedra litográfica.

"A fines de los 40, la familia se desprendió de La Estancia, pero César se quedó con dos casitas. Para Bustillo, admirador de los pájaros y los árboles, Plátanos era su lugar en el mundo. En escasas ocasiones participó en salones de arte: sólo algunas exposiciones individuales en la Galería Witcombe de Buenos Aires", cuenta Leonardo Casado, museólogo a cargo.

Amante de la naturaleza, fue gran admirador de Guillermo Enrique Hudson: el taller linda con el arroyo Las Conchitas mencionado en el libro Allá lejos y hace tiempo y en el jardín descansa un retoño de uno de los árboles de Los 25 ombúes.

Este multifacético artista naturalista plasmó en su obra el amor por la naturaleza y los seres que poblaron su tránsito cotidiano, enalteciendo el espíritu americanista. Ejemplo de eso son los monumentales frescos murales Los vientos del país, que realizó en el Hall Central del Hotel Provincial de Mar del Plata, edificación que integraba las obras de urbanización de Playa Bristol, proyectadas y dirigidas por su propio padre.



El arte de lo frágil



Otro de los senderos toca la historia del partido en el Museo Histórico y Natural de Berazategui. Antaño almacén de ramos generales, allí funciona también el Museo y Escuela Municipal del Vidrio.

Las salas contienen fotografías, objetos, documentos y herramientas representativas de la actividad productiva inicial, signada por el desarrollo de chacras, quintas y tambos para la explotación lechera, junto a objetos que dan cuenta de la significativa llegada del ferrocarril a la zona. Liliana Porfiri, directora de los tres museos, guía el camino por el arte de lo frágil: el vidrio.

La vertiginosa transformación de aquel poblado rural del partido de Quilmes en una incipiente ciudad industrial se produjo a partir de la instalación de las Cristalerías Rigolleau, frente a la estación Berazategui. La sala dedicada a la empresa reseña su historia y desarrollo, determinantes en el crecimiento urbanístico, comercial e institucional de la zona.

El arte en vidrio está representado por obras de artistas consagrados que dieron origen a la colección del Museo del Vidrio, junto a la colección de piezas contemporáneas que se incrementa anualmente a través de los premios de adquisición del Salón Nacional del Vidrio en el Arte.

Descubrir estos espacios de recuperación de la cultura y la pasión con que se defienden en un entorno urbano a veces hostil resulta, una vez más, un ejercicio necesario de recuperación de la identidad y la memoria colectiva.

DATOS UTILES

Cómo llegar: hay que tomar la Autopista Buenos Aires-La Plata hasta la bajada de Berazategui. Allí tomar la avenida Almirante Brown hasta la calle 143, seguir a la izquierda una cuadra, hasta llegar al complejo municipal El Patio (calle 149 entre 15 y 15ª), donde comienzan los circuitos.

Guiadas: los Senderos del Vidrio, de las Artes, Pereyra Iraola y Estancia San Juan y del Golf se realizan los sábados, en una combi de la Municipalidad, y duran 3 horas, aproximadamente. Concluyen con un servicio de té en el convento o en una confitería de Ranelagh. Cuentan con un bono contribución de $ 50 en castellano y 55 en inglés, siempre con reserva previa.

Más información: 4226-4244 o 1567007983, turismo_begui@yahoo.com.ar, museo_cultura@yahoo.com.ar, www.culturaberazategui.gov.ar

Museo del Golf Roberto De Vicenzo: calle 28 y 132, Ranelagh. Viernes a domingo, de 16 a 19.

Museo Taller César Bustillo: Calle 43 César Bustillo entre 156 y 157, Plátanos. Viernes a domingo, de 16 a 19.

Museo Histórico y Natural de Berazategui: calle 23 y 149. Jueves a domingo, de 16 a 19..



Fuente:

La Nación

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