Artículo cien

Este es el artículo cien del blog, desde el 19 de Febrero cuando decidí abrir un espacio para contar como es un año lectivo en la vida de un docente nunca me imaginé que podía escribir tanto en tan poco tiempo. En todo este tiempo intenté mostrar las debilidades del sistema educativo, sus falencias, sus contradicciones y sus miserias. Creo que queda claro mi descontento con todo lo que pasa y como la educación pública está en decadencia. Creo que es fundamental cambiar la situación si realmente hay intenciones de construir un país mejor, esto es elemental, sin una educación de calidad, equitativa, inclusiva, no hay a futuro ninguna construcción posible de un Estado serio y de una sociedad justa. En muchos de mis artículos comenté como-desde mi subjetividad- la educación pública es muchas veces ficticia.

En este artículo quiero rescatar lo bueno del sistema educativo, lo malo ya lo expresé y seguramente lo voy a seguir haciendo hasta diciembre cuando después del último día de clases cierre el blog.

Lo bueno a pesar de todo son nuestros alumnos. Son muchas veces intratables, muchas veces no estudian, en muchos casos son mal educados, pero no nacieron de “un repollo” son así sencillamente porque es el país en que les tocó nacer y crecer, un país desvastado, tremendamente injusto, nacieron y crecieron en un Estado neoliberal, un Estado desmantelado a partir del la última dictadura militar con políticas de ajuste social que se han ido incrementando en democracia, sobre todo durante el “menemato” y que no se ha podido revertir en los años de crecimiento Kirchnerista. Los alumnos tienen la cabeza “quemada”, pero más que nada por las constantes transformaciones educativas que creo tuvieron como objetivo la idiotización de los sectores populares e infantilización de nuestros alumnos y lamentablemente lo han logrado. Nunca tenemos que olvidar que son sujetos sociales, y como tal son producto de un tiempo histórico, producto de sociedades específicas. Si existiera uno, dos, tres malos alumnos por cursos serían casos particulares, pero cuando hay tantos casos en tantas escuelas ya el problema es social. Así, si son violentos es simplemente porque viven en una sociedad violenta. Si no respetan a sus profesores es simplemente porque la sociedad ha desvalorizado a la docencia. Si no se esfuerzan es porque el esfuerzo no está reconocido socialmente. Si no estudian es porque se les “preparó” un sistema educativo facilista. En fin, son nuestros jóvenes que de ninguna manera pueden ser jóvenes brillantes en un país en decadencia.

A pesar de todo hay muchos chicos buenos, generosos, que intentan progresar pero que tienen barreras sociales muy difíciles de saltar. No hace falta más que ver a algunos padres para darnos cuenta que muchos de nuestros chicos son buenos comparados con sus papis, es que hay padres a los que uno no puede entender, padres que tienen hijos y luego se desentienden de ellos. Muchas veces da gusto ver a algunos de esos alumnos que a pesar de todo están en el sistema e intentan superarse y muchos de ellos creciendo en una absoluta soledad familiar y estatal.

También quiero rescatar la tarea de muchos docentes. Sin ellos el sistema educativo estaría aún peor. Hay muchos docentes que día a día se esfuerzan, que dan más de lo que les corresponde, maestros y profesores que soportaron estoicamente el mamarracho reformador de los últimos años. Docentes que tratan de dar lo mejor que tienen, maestros que organizan actividades de todo tipo para tratar de superar la situación, directores que trabajan muchas más horas de las que les corresponde, cuántas veces muchos de esos directores se pasan horas y horas haciendo trámites y trámites que las autoridades educativas piden y que muchas veces termina siendo tiempo perdido. Directivos que pasan sábados y domingo enteros arreglando horarios para facilitar algún cambio que les pide algún colega, tiempo que jamás cobraron ni cobrarán…

También quiero reconocer el trabajo de los preceptores, ellos son claves en toda institución, son los que más tiempo pasan con los alumnos, son el nexo entre el profesorado, los directivos y los alumnos. Son ellos los que conocen más a los chicos y son los chicos los que tienen más confianza con ellos. Y ellos también aportan alentando muchas veces a los alumnos, aconsejándolos, guiándolos dentro de  sus posibilidades.

El sistema educativo está a la deriva, y así como están los oportunistas en cualquiera de los cargos mencionados también están los que se merecen mi mayor de los respetos. Este artículo “aniversario” es para valorarlos, ya tendré tiempo de seguir mostrando las falencias y las contradicciones del sistema, pero a pesar de todo la educación pública debe ser defendida y obviamente mejorada. Es lo único que les queda a muchos de nuestros alumnos, sin ella muchos no tendrán futuro alguno.

Hasta Pronto

SERALE 

seraleserale@yahoo.com.ar