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Hay que universalizar la escuela secundaria

Publicado en por Polimodalitos

Por Alieto Aldo Guadagni

Centro De Estudio De La Educación Argentina, Universidad De Belgrano

Cuando Sarmiento dispuso la realización del primer censo en 1869, nada menos que el 77% de la población era analfabet a. Pero desde esos años el joven estado nacional impulsó la educación primaria, declarándola por la ley 1420, en 1884, no sólo gratuita sino también obligatoria. Es así como en la tercera década del siglo XX el analfabetismo ya se había reducido a apenas 15%. En esos años, el analfabetismo argentino era el más bajo de la América Latina, incluso inferior al de muchos países europeos.

En el pasado fue imperioso universalizar la escuela primaria a fin de asegurar la movilidad social en las primeras etapas de nuestra industrialización, pero hoy el mundo del trabajo y la producción es mucho más complejo que el del siglo XX. Por eso, a la gente hoy no le alcanza simplemente con la escolaridad primaria, ahora es imperioso impulsar el acceso a la graduación en la escuela secundaria de la totalidad de los adolescentes. Esto está siendo entendido en el mundo, por eso se registra un acelerado avance en la escolarización secundaria.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) acaba de difundir estadísticas educativas, en estas se consignan el porcentaje de personas que han concluido la escuela secundaria según los tramos de edad de los habitantes. Mientras que en el grupo de personas entre 55 y 64 años, en los países industrializados, el 64% ha concluido la escuela secundaria, esta proporción trepa al 82% cuando se considera el grupo más joven, entre 25 y 34 años de edad. Este proceso de creciente escolarización, que hace que haya proporcionalmente más graduados secundarios entre los jóvenes que entre los adultos mayores es ya una tendencia mundial.

El caso más notable de avance en la escolarización secundaria corresponde a Corea, ya que ahora apenas 45 de cada 100 adultos entre 55 y 64 años han concluido la escuela secundaria, pero cuando se consideran los más jóvenes (entre 25 y 34 años de edad), esta proporción trepa fuertemente a nada menos que 98.

Con una población cada vez mejor preparada por un universalizado sistema educativo, no puede ser una sorpresa constatar como este país asiático viene desde hace décadas registrando un sostenido proceso de desarrollo económico, sustentado en un incremento en la productividad del trabajo.

Entre nosotros el panorama es distinto, ya que según el Censo del 2010 apenas el 57% de los habitantes de entre 25 y 29 años había concluido la secundaria. Pero existe una gran desigualdad cuando se comparan estas cifras de graduación entre las provincias.

Mientras en la Ciudad de Buenos Aires el 80% de la población activa completó la escuela secundaria, esta proporción no supera el 50% en Formosa, Corrientes, Misiones y Santiago del Estero.

En la actualidad, son muchos los países latinoamericanos que vienen avanzando en la escolarización secundaria a un ritmo superior al nuestro. Según Unesco, hay ya diez países latinoamericanos que están logrando ahora niveles de graduación secundaria superiores a nosotros. En esta lista figuran Perú, Chile, Colombia, Cuba, Bolivia, Costa Rica, Paraguay, Ecuador, El Salvador y México.

La realidad es que aún tenemos mucho que avanzar para cumplir con lo que sabiamente dispuesto la Ley Nacional de Educación, de 2006, que estableció la obligatoriedad de la escuela secundaria.

Pero no es alentador constatar que la graduación en nuestras escuelas secundarias en el año 2011, según las estadísticas del Ministerio de Educación, fue un 12% inferior a la registrada en 2003: mientras en 2003 se graduaron 281 mil adolescentes en las escuelas secundarias, en el 2011 apenas se graduaron 247 mil.

A estas cifras corresponde adicionar la graduación secundaria de adultos, que llegó a 55,6 mil en 2011, una magnitud prácticamente igual a los 54,9 mil graduados en 2003.

Como se ve, no estamos avanzando con la rapidez requerida por las grandes transformaciones tecnológicas del mundo globalizado.

Sin educación secundaria universal, la justicia social es una ilusión en el siglo XXI, por eso sigue vigente el mensaje de Sarmiento: “Por un convencimiento tácito en unos países, por una declaración explicita y terminante en otros, la educación pública ha quedado constituida en derecho de los gobernados, obligación del gobierno y necesidad absoluta de la sociedad.”

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