Advierten que padres y docentes apuran a los chicos para comer

La Federación Argentina de Graduados en Nutrición advierte que los chicos no disponen de tiempos adecuados para desayunar, almorzar, y merendar. Muchas veces, los padres los despiertan, los apuran y los llevan a la escuela sin desayunar. O en las escuelas los docentes los hacen desayunar con las mochilas puestas o incluso dentro del aula, y no les brindan la oportunidad de alimentarse tranquilos y sentados junto a una mesa. El comer rápido contribuye al sobrepeso y a la obesidad.

Lo ideal es que los chicos sigan las cuatro comidas, ya sea en las casas o en las escuelas. Que cuenten con 20 minutos para el desayuno, 20 minutos para las meriendas, 30 minutos para los almuerzos y 30 minutos para las cenas. “La duración inadecuada de los almuerzos y de los desayunos es un problema habitual: por lo general, el almuerzo no dura más de 15 minutos, y esto ocurre con la mochila ya puesta para salir. Los desayunos no tienen ni tiempo para ser ingeridos, porque a veces se consumen dentro del aula”, contó Mercedes Paiva, licenciada en nutrición y presidente del secretariado ejecutivo de la Federación (su sigla es FAGRAN).

Si desayunan dentro del aula, el resultado es poco beneficioso tanto para el aprendizaje como para la salud. “Los chicos están con la atención dividida entre lo que tienen que comer y lo que tienen que hacer o aprender en clase. Comer dentro del aula no es recomendable: se necesita que estén en un espacio acondicionado para que se sienten y coman con tranquilidad”, agregó Paiva. “Se necesita el tiempo para promover una masticación adecuada de los alimentos. Además, si no consumen una mínima cantidad de alimentos saludables en el desayuno, los lleva a ingerir golosinas, snacks, o gaseosas”, destacó aClarín. Hay que incluir agua potable como bebida disponible en todos los momentos de las comidas y durante el resto del día.

Un desayuno saludable, según el consenso elaborado por la entidad que agrupa a los nutricionistas de todo el país, debe contener leche, yogur o leche en polvo, cereales (pan, galletitas u otros de bajo contenido de grasas). “La recomendación de nuestro consenso es que se incluyan 4 ó 5 frutas por día en las comidas de los niños. Si no se incluyen en el almuerzo pueden incluirse en el desayuno o en la merienda”. Los tiempos adecuados son claves para que coman frutas. “Si se los apura, los chicos dejan la fruta por la mitad, y así se desperdician recursos y una oportunidad nutricional”, señaló Paiva.

A las autoridades educativas, los nutricionistas les sugieren contemplar en la organización escolar, un tiempo previo al almuerzo para garantizar el lavado de manos y un tiempo posterior para promover el cepillado de dientes.

“En la mayoría de los chicos que ya padecen sobrepeso se observa que no los dejan desayunar en la casa. Que los despiertan y van directamente a la escuela. O hay casos que desayunan en la escuela, pero lo hacen muy rápido”, comentó a Clarín Patricia Casavalle, jefa de nutrición pediátrica del Hospital de Clínicas y la Sociedad Argentina de Pediatría, que da consejos en www.nutri-pedia.com.ar. Durante las comidas, hay también chicos que consumen a gran velocidad, de manera voraz, y miran televisión o las tabletas. Al acelerarse, no registran lo que ingieren. “Comen el doble de lo que necesitan, y eso contribuye al aumento de peso”, resaltó Casavalle. En Capital, los chicos de entre 2 y 4 años con sobrepeso y obesidad ya alcanzan al 43,1 por ciento.

“Ya sea en las casas o en las escuelas, deberían estar lejos de las pantallas mientran comen -dijo Casavalle-. Deben comer sentados, lentamente y sin pantallas, ya que se favorece el diálogo con sus compañeros o con su familia”.

clarin.com