Más de Guillermo Jaim Etcheverry y La tragedia educativa
En el artículo anterior comentaba que en la feria del libro compré un libro titulado “La Tragedia Educativa”. Leyendo en sus páginas interiores he encontrado más conceptos que había desarrollado en el blog, por eso quiero compartirlos con ustedes. El subtítulo de la página 96 es el siguiente:
“La educación como espectáculo: la televisión, la escuela divertida”
“Como el resto de las instituciones contemporáneas, la escuela no ha podido escapar del signo que define a nuestra sociedad actual: la supremacía del espectáculo. Por eso, crecientemente, la educación recibe estímulos que la incitan a adaptar sus actividades a la lógica que impone el entretenimiento. No es casual, por lo tanto, que al referirse a las actividades escolares, tantos padres como hijos recurran a calificativos que están estrechamente vinculados con el entretenimiento. Así, es frecuente escucharlos afirmar que la escuela es aburrida (…) lo grave es que esta lógica del espectáculo está orientado a muchos intentos contemporáneos de reforma educativa. Se pretende hacer digerible y simple lo que se presume que los jóvenes actuales son incapaces de comprender. Tiempo atrás, una profesora comentaba: ¿Cómo puede alguien pretender que enseñe El Quijote a jóvenes que vienen desde sus casas estimulados por la televisión? (…) En los EE:UU se ha creado un término que define muchos programas educativos. Se los denomina ‘edutainment ’, híbrido que combina la educación con entretenimiento (…) el peligro de esta simbiosis reside en que se transmite el siguiente mensaje: si uno no se divierte, no aprende (…) pero, hay que reconocer que gran parte del aprendizaje no es diversión. Como afirma Clifford Stoll: ‘Nunca antes se había sostenido que el aprendizaje debe ser divertido. Requiere disciplina, responsabilidad y atención en clase. Aprender es trabajar. Convertir el trabajo de la clase en un juego supone denigrar lo más importante que podemos hacer en la vida. Alguien tiene que reaccionar frente a tanta estupidez de moda!”.
Fantástico párrafo del libro. Notable diría yo. Es lo que he comentado en varios de los artículos del blog, es lo que está pasando en nuestras escuelas.
En uno de los colegios que más quiero, donde trabajo desde hace más de 18 años, y donde tengo algunos de mis mejores compañeros de trabajo, se institucionalizó un certamen anual (desde hace unos 4 ó 5 años) donde los alumnos compiten en un ping pong de preguntas y respuestas. Es una copia de uno de las competencias que se hacen en el programa de Susana Giménez, donde los alumnos responden preguntas y por sistema de eliminación al grupo ganador hasta se los premia.
Lo primero que quiero decir es que cualquier cosa que copiemos de Susana Giménez es mala idea (creo que no da ni para que las chicas copien su peinado). Por otro lado, durante los días que tienen los chicos para buscar las preguntas se distraen en clase e interrumpen al docente preguntando las posibles respuestas, piden salir de clase para ir a buscarlas…
También es inconveniente porque se terminan suspendiendo jornadas de clases. Espero que este año no sea un jueves, ya que los jueves es el día (que por uno u otro motivo) menos clases hay. Es una competencia puramente memorística, y si bien reconozco que es importante ejercitar la memoria de vez en cuando, en este caso son respuestas que los alumnos olvidan 72 horas después de la competencia.
Ya este año el jefe de departamento nos pidió que vayamos preparando las diez preguntas con sus respectivas respuestas.
Es lo que pasa en la mayoría de las escuelas, las teorías pedagógicas tarde o temprano terminan manifestándose en la vida cotidiana de las instituciones. Y si se ponen de moda es más difícil ir contra ellas, la moda muchas veces es más fuerte que las religiones.
*Ya que he mencionado a mi jefe de departamento del colegio mencionado quiero felicitarlo por su excelente comunicación, cada información que tiene que trasmitir la trasmite vía mail casi instantáneamente de producida la noticia, lo que me permite estar enterado de todo lo que pasa en la institución sin ni siquiera tener que abrir el cuaderno del dpto. en sala de profesores.
Sé lo difícil que es sentarse a escribir, más que nada por el tiempo que lleva, yo mismo para colgar un artículo, por más cortito que sea, invierto media hora, cuarenta minutos, entre el ordenamiento de las ideas, la pelea con mi teclado, y el tiempo de revisión y “colgado” del artículo…por eso felicito de nuevo a mi jefe de departamento, son tiempos extra al trabajo escolar que el Estado nunca remunera.
Cuando pasan cosas buenas en las instituciones también hay que rescatarlas.
Hasta pronto
SERALE
PD. Como es imposible nadar contra la corriente es muy posible que yo también (como años anteriores) termine entregando las diez preguntas. Tengo la primera de ellas: ¿Cómo se llama el libro que compré en la feria del libro?. Resp. “La Tragedia Educativa”…¡UPA!, todavía me faltan nueve más…