¿Qué le hicimos a nuestros alumnos?

Ayer en mi clase de historia (si soy profesor de historia) estuve más de 20 minutos tratando de explicar la expansión europea de fines del siglo XV. Luego les dicté a mis alumnos un pequeño apunte para que queden en la carpeta algunos datos: los países europeos que colonizaron América; a que lugares del continente llegaron cada uno de ellos; cuantos virreinatos crearon los españoles en América; datos sobre el virreinato del Río de la Plata…etc.

Acto seguido les dicté un cuestionario con tres preguntitas relacionadas con estos datos, insólitamente la mitad del curso no podía responder esas preguntas. Y eran tan sencillas como esta: ¿Qué países de la actualidad ocupaba en su momento el virreinato del Río de la Plata? Y lo tenían en la carpeta!!!

Si, después de la explicación y el dictado, las preguntas parecían tan difíciles de entender como “el inglés australiano”.

Mis alumnos son del 9°, perdón del 3° de ES, todavía no me acostumbro a la nueva nominación (por eso siempre digo que estos cambios son solamente parches, maquillajes, los alumnos son los mismo). Casi la mitad de los alumnos de este   curso son lo que en artículos anteriores he llamado “analfabetos funcionales”.

¿A quiénes se denomina analfabetos funcionales? Son analfabetos funcionales aquellas personas que pueden decodificar, reconocer palabras, pero no pueden comprender un párrafo, no pueden entender el sentido de una frase.

Y esto es grave. Grave porque su ciudadanía queda recortada, porque el ciudadano tiene distintas opciones a la hora de elegir, puede deslindar, delimitar. Quien no puede elegir no es un auténtico ciudadano. Ser ciudadano no sólo es ir y votar. Un amplio ejercicio de  la ciudadanía es, además, interpretar y comprender los procesos electorales. Resultado: se debilita aún más la democracia.

¿Y de quién es la culpa? Creo que la culpa es de todos, lo digo porque todos somos parte de la sociedad. Así como un gran politólogo italiano, Gianfranco Pasquino, dice que “cada país tiene la clase política que se merece” yo pienso que cada país tiene la sociedad y la educación que se merece.

Claro que no todos tenemos el mismo grado de responsabilidad. Los primeros responsables son nuestra clase dirigente, que no pusieron mucho énfasis en mejorar la educación, es más si me preguntan a mí les diría que el deterioro de la educación fue premeditado. Si todos los argentinos comprendiéramos bien los procesos políticos y económicos y ejerciéramos completamente nuestra ciudadanía nuestros dirigentes se tendrían que dedicar a otra cosa.

Pero también hay un grado de responsabilidad de los sindicatos docentes. Sus dirigentes se “movieron” más pensando en sus propias carreras políticas que en el destino de la educación. Sino, ¿cómo explicamos que la mayoría de los ex secretarios generales de CTERA de los últimos años se convirtieron en diputados…?

También somos responsables en algún grado los docentes, por permitir que estos sindicalistas nos representaran, o porque no hemos enfrentado todas las reformas con la suficiente fuerza de oposición, no supimos, no quisimos o no pudimos cambiar todo esto.

Los padres también son responsables. ¿Acaso no están más preocupados porque sus  hijos estén en la escuela sin interiorizarse un poquito de lo que pasa adentro? Si, muchos de ellos ni van a la escuela a registrar la firma, o a las reuniones de padres cuando se los convoca, o a participar de cooperadora, solamente van cuando llegan las becas.

Si, si Pasquino dice que los países tienen los políticos que se merecen, yo me atrevo a decir que tenemos la educación que nos merecemos. ¿No? Lo peor de todo es que las principales víctimas son nuestros alumnos, quizás los que tienen menos culpas en esta sociedad. Nuestros alumnos “analfabetos funcionales”, no nacieron de un “repollo”, como sujetos históricos son productos de procesos históricos…y lo peor de todo es que ellos nunca se enteraran de todo esto, solamente lo sufrirán, “la espada de la injusticia” cae sobre sus cabezas

CHAU

SERALE